Así trampean bancos y cajas para contener la morosidad

Esta semana comenzaremos a conocer los resultados de la banca del tercer trimestre del año. Banesto inaugura la temporada el próximo miércoles, unas cuentas que seguirán siendo miradas con lupa a tenor de la evolución de la economía española, que en septiembre enganchó la segunda subida consecutiva del desempleo.

Con los tipos de interés al 1% se descuenta que los márgenes de bancos y cajas seguirán tiritando, sólo compensados por las subidas de las comisiones de servicio. El talón de aquiles volverá a ser el apunte de la morosidad, el verdadero caballo de batalla de este ejercicio y, seguramente del próximo. Habrá que fiscalizar las cifras con mucho detalle para comprobar si nuestras entidades financieras siguen jugando con la contabilidad para tapar sus vergüenzas.
Y es que resulta muy llamativo que en el segundo trimestre del año, nuestros bancos y cajas consiguieran reducir sus ratios de mora. Es cierto que entre mayo y junio bajó el desempleo por el efecto del Plan E -qué bonitas han quedado las aceras-, pero en cifras insuficientes como para compensar el incesante aumento de los impagos.
Resultó curioso como entidades tipo Caja Madrid, Bancaja y CajaSur, algunas de las que peor han gestionado sus riesgos, consiguieran bajar el ratio de mora. La primera, sobre la que se dice que pudiera tener un desajuste patrimonial de más de 3.000 millones. Otras entidades, como
Santander, La Caixa, Popular y BBVA, que tienen un balance mucho más saneado, también presentaron mejores tasas de morosidad.
El nerviosismo es de tal calibre que cajas como Caixanova envían comunicados de cómo ha ido la mora en pleno mes de agosto, con bajada incluida, claro está. ¿Pero realmente los clientes pudieron hacer frente a sus impagos en el segundo trimestre si no lo hicieron en el primero? ¿Mejoró mucho la coyuntura financiera para que cambiara la tendencia? ¿Cómo es posible que la morosidad bajara en junio por primera vez en dos años?
Por varios motivos. El primero es que los bancos han flexibilizado sus exigencias a los clientes con la orden general a sus oficinas de evitar cualquier entrada en mora. Se acepta lo que el cliente pueda pagar refinanciando la deuda hasta el infinito, como admiten en varios bancos y comentan algunos afectados que han resuelto sus problemas con La Caixa y
BBVA.
Pero el principal es el trampeo contable. Varias entidades de primera y segunda línea se han dedicado en los últimos meses a comprar activos de máxima calificación crediticia, como emisiones de Telefónica,
Iberdrola o Repsol, para ensanchar su balance. Estos activos con los mejores rating, que después son empaquetados para que el Banco Central Europeo (BCE) se los canjee por liquidez, permiten compensar el crecimiento incesante de la morosidad relacionada con el ladrillo y la procedente de las pymes.
Al promediar, la cifra final sale más discreta, resultado de la estrategia de patada a seguir y ya resolveremos el problema de verdad cuando escampe. Si es que escampa.
Fuente: finanzas.com

1 comentarios:

Pablo Peñalver 6 de octubre de 2009, 11:32  

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